Cuando
la búsqueda por entender algo demasiado complejo empieza, el camino de
búsqueda se hace igual o más complejo aún; incluso conflictivo y de
mucho caos, con mucha interferencia.
Por eso la necesidad de agudizar
los sentidos y más, el sentido común, el sentido de comprensión y de
alteridad, porque es en esa búsqueda cuando empiezan a aparecer miles de
lenguas y símbolos queriendo servir de transmisores.
Al final, se verá
el objeto. Lo malo o lo bueno, es que ciertamente no se sabe en dónde
está el final. Pero el objeto siempre está. Como ilusión o como
realidad.
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